sesentayseis, posted on domingo, 16 de noviembre de 2014 at 15:00

de esta manera, mengano se sintió como conviviendo entre los soldados de tebas y el semblante inmutable de eteocles se colocaba sobre sus vertebras, despedazando. hizo sonar el timbre fucsia de fulano para recitarle la opinión del coro femenino. "¡ay, ay, ay! si el comandante rosas fuera capaz de dejar de lado la avaricia y ceder por su propio bienestar, entregar su sombrero a urquiza que tanto le acosa por un leve milagro de atención y, así, prosperidad. si tan solo los circuitos respiratorios de ambos sujetos de tal alto renombre pudieran comprender vuestros alvéolos, rodeados por cilindros con encías sangrantes, los cuales sufren de cosquillas por unos glóbulos de mala muerte. yo ya le expliqué a rosas el orden del polinomio de segundo grado, pisandole los talones al de tercero. ya le deje en claro que el dinero mercancía no dejará ni un centavo sin consumir, durar, transportar o dividir. pero es que no me escucha, no me escucha, no me escucha, no me escucha, no me escucha, no me escucha, no me escu

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